Si los osos polares pudieran votar...
Perro de Jong
14-05-2008 Aunque la noticia tenga un par de años, veréis que está de plena actualidad...
La Unión Europea quiere esforzarse más para proteger el Polo Norte, por ejemplo, mediante un tratado internacional. Los expertos y políticos reunidos en un congreso en Bruselas coincidieron en que, de momento, este tratado sólo interesaría a los osos polares.
"Debemos averiguar qué puede aportar Europa", opinó Diana Wallis, vicepresidenta del Parlamento Europeo, al comienzo del encuentro. "Y si miro a los osos polares en nuestros afiches, me pregunto: si los osos pudieran votar, ¿no pedirían más protección?".
Política polar europea
Seis de cada ocho países árticos son europeos, y tres de ellos (Dinamarca, Suecia y Finlandia) son miembros de la Unión Europea. Aun así, Bruselas apenas ha contemplado una política sobre el Polo Norte. Diana Wallis es partidaria de un cambio, y también la Comisión Europea tiene algunas propuestas, comenta el representante de la Comisión, Fernando Garces de los Fayos. "De momento, estamos determinando las actividades de Europa en la zona polar. Y son muchas, en el campo de la investigación científica, el medio ambiente y los derechos de los pueblos autóctonos, y, para poder crear una base sólida, deben definirse claramente". A finales de este año, la Comisión Europea debe presentar el informe.
El hielo polar se derrite
La cuestión es urgente porque las consecuencias del cambio climático en la zona del Polo Norte son más rápidamente visibles que en otras. Además, el hielo derretido está dejando al descubierto reservas de petróleo desconocidas. Para poder explotarlas, algunos países quieren demostrar su propiedad sobre esta zona polar. Para crispación de muchos países, Rusia plantó, incluso, una bandera en el suelo del Polo Norte.
Irónicamente, fue Michail Gorbachov, anterior líder soviético, quien propuso, hace dos décadas, hacer del Polo Norte una zona protegida internacionalmente, a ejemplo de lo que ocurrió en 1959 con el Polo Sur. Si bien, al parecer, actualmente los rusos han cambiado de idea, el ministro noruego de Asuntos Exteriores, Jonas Gahr Støre, no cree que el Polo Norte se convierta en una especie de "conquista el oeste".
No es Terra Nullus
"No hay que pensar que el Polo Norte es una terra nullus, un lugar donde no existen normas", continúa Store. "El Polo Norte no es el Sur. El Norte es un océano con una capa de hielo que, en estos momentos, se está derritiendo. Los mares y océanos se incluyen en el Tratado de derecho marítimo de las Naciones Unidas, en el que se estipulan los derechos y responsabilidades de los Estados costeros".
Existe aún una gran diferencia, señala la política esquimal de Groenlandia, Tove Søvndahl Pedersen, en Bruselas. "La zona del Polo Norte es un hogar para muchos pueblos autóctonos, por lo que la situación es muy distinta a la del Polo Sur. Los pingüinos serán muy lindos, pero nosotros somos seres humanos".
Quien parte y reparte...
Gunnar Sander, de la Agencia Europea del Medio Ambiente (EEA), opina que aún no se ha dicho la última palabra. "Gracias a la Convención de las Naciones Unidas sobre Derecho del Mar, disponemos de un instrumento para solucionar cuestiones territoriales. Pero el documento no dice nada sobre cómo debemos manejar la actividad humana en la zona. A fin de cuentas, no se trata de cómo cortar la tarta, sino de las condiciones para poder comerla".
Pese a que la Convención sobre Derecho del Mar incluye también a aquellos países que han obtenido permiso para, con contemplación del medio ambiente, explotar una zona, no especifica detalles y, además, Estados Unidos no la reconoce. "Aquí todos coincidimos en que el Tratado del Polo Sur no puede aplicarse, sin más, al Polo Norte", explica Sander, "pero quizás podamos aprender algo de él, por ejemplo que las consideraciones medioambientales deben ser prioritarias".
Consejo Ártico
Para lograr un tratado es necesario un acuerdo específico, cree Sander. Pero, ¿cómo llegar a un acuerdo de esta índole sin un Tratado sobre el Polo Norte? Según Oran Young, famoso experto norteamericano en asuntos polares, el Consejo Ártico, fundado en 1998, podría ser una solución. En este foro intergubernamental participan todos los países árticos, incluida Rusia.
"El Consejo Ártico no es, ni será, un organismo normativo", afirma Young, "pero ha estado, en el pasado, muy activo a la hora de incluir problemas en las agendas de discusión. Creo que aún podría desempeñar ese papel".
Al término del congreso, su organizadora, Diana Wallis, expresó su "sorpresa" por la falta de ánimo por el Tratado del Polo Norte. Sin embargo, destacó que sus "intentos para hablar del tratado tenían la intención de obtener una reacción. Un tratado no es, quizás, factible pero si no se hace un esfuerzo, no se logra nada".
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